Este es un plato calórico, para disfrutar de los días de frío. Está inspirado en una receta
típica de los campesinos del norte de Italia: pasta e fagioli (judías pintas). Los platos de
campo no deben entenderse como una receta estricta que debe ser cumplida a rajatabla. Todo lo contrario: surgen del surtido de productos disponibles en cada momento, igual que en una casa. Son recetas sencillas, sabrosas, que se pueden y deben adaptar a lo que tengamos en la nevera. Por eso he cambiado los judías pintas por garbanzos. Esta técnica de pasta con legumbres abre un sinfín de posibilidades y no se me ocurre mejor fecha que la vuelta de las fiestas para compartirla.
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS
- Garbanzos cocidos 300g
- Zanahoria 1ud
- Apio 2 ramas
- Cebolla 1ud mediana
- Ajo 2dientes
- Romero 1rama
- Tomillo 1 rama
- Laurel 1hoja
- Queso tipo Parmesano
- AOVE
- Sal
- Pimienta negra
PREPARACIÓN (Tiempo aproximado: 30 minutos)
> Preparamos los ingredientes: pelamos los ajos y los cortamos en dados
pequeños; pelamos la cebolla y la cortamos en dados de medio centímetro;
pelamos la zanahoria y la cortamos en dados de medio centímetro;
retiramos las hojas del apio, lo lavamos y lo cortamos en rodajas finas;
escurrimos y aclaramos los garbanzos cocidos.
> En una olla a fuego medio-alto, añadimos un chorro generoso de un
buen aceite de oliva. Debe cubrir ampliamente el fondo de la olla. Cuando
esté caliente, añadimos el ajo y las ramas de romero y tomillo (si no tenemos
frescas, pueden ser secas).
> Removemos continuamente y cuando el ajo empiece a dorarse añadimos
la cebolla. Bajamos un poco el fuego y rehogamos durante 2 minutos.
Añadimos la zanahoria y el apio y rehogamos otros 3 minutos. Añadimos
los garbanzos y rehogamos 2 minutos más.
> Ahora cubrimos con agua, añadimos una cucharada de tomate frito (si
no tenemos, se puede omitir), salamos ligeramente, y llevamos a ebullición.
Hay que añadir la cantidad de agua suficiente para poder hervir la pasta,
aproximadamente 1l.
> Hervimos a fuego medio durante 5 minutos. Con un cazo, retiramos, más
o menos, la mitad de los garbanzos y verduras y los trituramos con el
minipimer. Podemos añadir un poco del líquido de cocción para facilitar el
triturado. Devolvemos la “crema” a la olla y removemos. El cambio de
consistencia es fascinante.
> Cuando vuelva el hervor, añadimos la pasta y la hoja de laurel, y cocinamos
hasta que la pasta esté hecha, removiendo ocasionalmente para que no se
pegue. Si vemos que hay poca agua, podemos añadir un poco más.
> Cuando la pasta esté hecha, retiramos del fuego y añadimos pimienta
negra y dos o tres cucharadas soperas de queso rayado (Parmesano,
Pecorino o Manchego curado). Removemos bien para homogeneizar -otro
cambio de textura fascinante- y servimos