Este plato es una fantástica celebración para el inicio de la temporada del espárrago. El toque de limón es fundamental: además de casar perfectamente con el espárrago y el parmesano, le da un frescor tremendo al plato. Yo lo he preparado con mejorana, una hierba aromática similar al orégano. Si no tenéis no pasa nada, pero no dejéis de añadir otra en su lugar: orégano, tomillo, romero, estragón, etc. La receta se prepara muy rápido, en el tiempo en que hierve la pasta, pero tiene bastantes pasos así que os recomiendo leerla una vez antes de empezar a cocinar.
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS
- Pasta 250g
- Cebolla 1ud.pequeña
- Espárragos 300g
- Mantequilla 60g (2cuch.sop)
- Mejorana 2 ramitas
- Parmesano 30g
- Limón
- Sal
PREPARACIÓN (Tiempo aproximado: 15 minutos)
> Ponemos agua a hervir en una olla.
> Mientras el agua hierve, preparamos los ingredientes. Lavamos bien los espárragos y les cortamos la parte menos tierna del tallo, suelen ser los últimos 3/4cm, de color blanco y/o morado; se pueden conservar para hacer un caldo. De la parte “buena”, separamos la yema, y cortamos el resto del tallo en trozos de 1cm. Pelamos y cortamos la cebolla en tiras finas.
> Cuando el agua empiece a hervir, la salamos con un pellizco generoso de sal por persona y añadimos los espaguetis. Removemos para evitar que se peguen.
> Mientras la pasta hierve, derretimos la mitad de la mantequilla, a fuego medio, en una sartén grande, lo suficiente para que quepa la pasta en ella. Añadimos la cebolla, tres tiras de la corteza del limón, de unos 5cm, y las hojas de la mejorana fresca. Si no tenéis mejorana se puede sustituir por orégano, tomillo, estragón o romero. Hay que tener cuidado con la cantidad de hierbas porque es fácil que se “coman” al resto de ingredientes. Lo mejor es añadir poco y rectificar al final si lo consideramos necesario.
> Cuando la cebolla empiece a transparentar, añadimos los tallos del espárrago, sin las yemas. Rehogamos durante 1/2 minutos y añadimos 3 cazos del agua de cocción de la pasta. Subimos el fuego al máximo para reducir el agua y que se forme la salsa de la pasta.
> 1/2 minutos antes de que esté la pasta cocida (podéis guiaros por las indicaciones del paquete, o simplemente probando y comprobando que todavía está un poco dura), separamos dos vasos del agua de cocción, escurrimos la pasta y la añadimos (la pasta) a la sartén junto con el resto de la mantequilla y las yemas de los espárragos. Removemos bien. Si vemos que la sartén tiene poca salsa, añadimos más agua de cocción y seguimos removiendo con energía durante 1minuto. Este punto es crucial. En general todas las pastas deben removerse bien para ligar la salsa. No hay que tener miedo en añadir más agua de cocción si vemos que está muy seca.
> Paramos el fuego y rallamos el parmesano encima de la pasta. Volvemos a remover bien hasta que se forme una crema blanca (y deliciosa). Es fundamental no integrar el parmesano con el fuego encendido. Hay que tener paciencia, confiar en la técnica, y remover con brío (yo no he conseguido no salpicar al hacerlo) hasta que quede homogénea la salsa. Insisto en que no hay que tener ningún miedo a añadir más agua (siempre de cocción) si la vemos muy seca o espesa.
> Al servirla, rallar corteza de limón sobre cada plato. ¡La pasta siempre va a estar mejor si se come recién hecha