Esta receta está inspirada en un plato siempre comía en casa de pequeño. Le he añadido el repollo que, además de estar en temporada, combina muy bien con la carne de cerdo. Para acompañarlo, un arroz blanco o un puré de patata sacarán el mejor partido de la salsa. Una buena solución es también un bocadillo: el pan tostado, impregnado en la salsa y relleno con la carne y la guarnición de zanahoria, repollo y cebolla. Para chuparse los dedos.
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS
- Solomillo de cerdo 1 pieza
- Zanahoria 3uds.
- Cebolla 1 ud.
- Repollo 1/4 ud
- Caldo (verduras o pollo)
- Vino Blanco 1/4 vaso
- AOVE
- Sal
PREPARACIÓN (Tiempo aproximado: 50 minutos)
> Ponemos una sartén grande a calentar a fuego medio.
> Mientras coge temperatura, preparamos los ingredientes: pelamos las zanahorias y las cortamos en rodajas de 1 ó 2 mm; pelamos la cebolla y la cortamos en tiras finas; lavamos el repollo y lo cortamos en tiras de 2 ó 3 mm.
> Subimos el fuego de la sartén a medio-alto, añadimos un poco de aceite y doramos el solomillo de cerdo. Debe quedar bien dorado por todos los lados. Es un proceso que lleva unos 6-8 minutos. Lo retiramos de la sartén y reservamos.
> Bajamos un poco el fuego, añadimos más aceite y la cebolla. La rehogamos durante 3-4 minutos, hasta que se haya reblandecido, y añadimos la zanahoria. Rehogamos 2 minutos y añadimos el repollo. Salamos y rehogamos otros 2 minutos.
> Añadimos el clavo, la hoja de laurel (si es fresca, una hoja entera, si es seca, media), y el vino. Subimos el fuego y, cuando se haya evaporado el alcohol (al oler el vapor que emana de la sartén no debe escocernos la nariz), añadimos el caldo.
> Cuando rompa a hervir, bajamos un poco el fuego y dejamos cocer durante 20 minutos. Si durante la cocción se pierde todo el líquido, añadimos más caldo. Si al terminar la cocción hay demasiado líquido, podemos subir el fuego y cocer hasta que quede la cantidad de salsa que nos guste.
> Si no hacemos nada, la salsa resultante será tremendamente sabrosa pero muy líquida. Si se quiere espesar se puede proceder de dos maneras: añadiendo una nuez de mantequilla al final de la cocción o añadiendo una cucharada de té de harina disuelta en caldo los últimos 5 minutos de cocción.
> Retiramos del fuego, disponemos el solomillo sobre la guarnición, tapamos y dejamos reposar 5 minutos. Si se quiere que el solomillo esté más hecho, se añade, entero, los últimos minutos de la cocción.